3er. piso del hospital

Una vez que termine de cambiarme, me dirigi a el lugar establecido segun la enfermera y me encontre con varias personas con bata escuchando a una que se encontraba hablando, sin embargo ella fijo su vista en mi y como por acto reflejo, los demas voltearon a verme:
-¿Puedo ayudarle?...-dijo la dama que parecia de unos 40 años, era un poco robusta y llenita, tenia la tez de color medio obscuro, ojos cafe claro y una estatura de 1.60 mts y estaba exagerando...
-Soy Kuroshitsuji Amaterassu, medico general, he llegado hoy al hospital por transferencia...-me incline un poco en forma de saludo-...la enfermera de la recepcion me dijo que viniera para aca....-dije sonriendo ligeramente y pasando la mirada por todos aquellos jovenes...probablemente eran pasantes haciendo su internado, despues regrese mi mirada a la dama robusta que me sonrio:
-Dr. Amaterassu, realmente estabamos esperandolo, las horas de clinica estan sobresaturadas debido a la falta de personal, asi que por ahora lo primero que haremos, sera darle un tour por el hospital para que lo conozca todo y despues le asignaremos su consultorio...-dijo para despues comenzar el recorrido por todo el hospital y preguntarme algunas cosas que gracias al cielo habia aprendido de tanto estudiar...lo unico que llamo mi atencion de lleno fue un hombre que llego al hospital con heridas punzocortantes...pude sentir en el aun restos de un demonio, sin embargo con lo del recorrido posterior terminaria olvidandolo, hasta esa noche en mi habitacion...

Llegue al hospital despues de un rato algo desilucionado, esperaba mas de Yua, pero al parecer estaba tan perdida como yo, aunque ambos no lo aceptabamos. Mire la entrada del hospital, era obvio que no podria entrar asi como asi ya que no eran horas de visita y no estaba herido. Me asome un poco para percatarme de que el vigilante estuviera ahi, tratando de no dormirse con una taza de cafe barato, tipico de humanos...convencido de que no podria entrar por la recepcion desplegue mis alas mirando por las ventanas de cada piso esperando encontrar una que me llevara a un pasillo desierto; no tarde mucho en hallarlo, el tercer piso estaba tan solo que hasta parecia que ni un alma se encontraba alli. Abri cuidadosamente la ventana y entre rapidamente, entonces guarde mis alas y despues de asomarme en los cuartos para percatarme de que no habia alguna enfermera fui a las escaleras, si usaba el elevador podria delatar mi presencia y queria ver a Kuro antes de que eso sucediera, quizas podria escribir o darme algo que sirviera...

*Me enfoque completamente en llegar con rapidez al hospital que inclusive cuando hube llegado apenas y podía respirar. Tome aire rápidamente y entonces entre a la recepción, no sabía donde estaba el banco de sangre. En cuanto una enfermera se me acerco le pregunte sobre el lugar, pero tuve que inventar una buena historia, diciendo que era donante y eso para que me dijera donde se encontraba. En cuanto menciono el tercer piso, tome el elevador esperando que se apurara. Una vez allí, mire de habitación en habitación para hallar el condenado sitio, que encontré después de recorrer casi todo el piso. Desgraciadamente había un par de enfermeras dentro; bien…algún día entendería Kuro que necesitaba de medidas extremas. Entre a la habitación y enseguida comenzaron a decirme que solo podía entrar personal autorizado al menos de que fuera donante. Realmente no podía perder mucho tiempo así que toque levemente el cetro y dos listones eléctricos salieron de el para atrapar a las enfermeras y electrocutarlas al grado de hacerlas polvo. Cerré la puerta con seguro al escuchar voces que se aproximaban, no sería fácil explicar mi estadía ahí y el porqué había dos pequeños montones de cenizas frente a mí. Después, al ver los grandes estantes con cientos de bolsitas rojas me arrepentí de no haberlas matado hasta haber conseguido la sangre. Resignada busque entre los estantes, hasta que después de algunos minutos halle una parte con una etiqueta que decía “Sangre tipo C”. Sonreí levemente mientras miraba las bolsitas, solo había tres, de un litro cada una. Tome las dos bolsas que necesitaba el médico, pero en ese momento escuche que alguien tocaba la puerta. Menos mal que había una ventana de lo contrario, tendría que disponer de mas tiempo. Abri la ventana y entonces salí presurosa de ahí, esperando que creyeran que esos pequeños montones de cenizas, eran solo polvo. En cuanto volvi con el medico, le entregue las dos bolsas, mas valia que Kuro sobreviviera de lo contrario, no tendría piedad con esa niña.*

Al llegar al hospital no tardaron en llevarme a los consultorios generales. No era de extrañarse, podia notarse la separación de mi brazo. Despues de algo de dolor, varios regaños por parte del medico y una historia un tanto fome sobre lo que me habia causado tal herida me dejaron ir. Agradeci que no quisieran hacerme mas estudios o algo por el estilo, detestaba este lugar. Me extraño percibir la presencia de Yua en el tercer piso. ¿Acaso estaba herida? Me apresure a tomar el elevador y después de buscar por unos instantes el lugar, di con un cuarto cerrado. No habia duda, estaba ahí dentro, sola. Toque un par de veces la puerta tontamente, era obvio que no me abriría, después de volver a tocar, forme un delgado alambre para abrir la cerradura y entonces, vi el cuarto vacio. Habia llegado tarde, sin embargo el darme cuenta de lo que era el lugar me sorprendió. ¿Por qué estaba en el banco de sangre? Cerre nuevamente la puerta y sonreí malicioso al ver los dos montones de cenizas, era imparable. Me acerque al estante mirando las cuantiosas bolsas de sangre, si habia matado a dos personas quería decir que habia tomado sangre de aquí para algo, me preguntaba si habia descubierto que su mascota estaba grave y por eso habia tomado la sangre o algo semejante. Solte un supiro, no podria alcanzarla, su presencia se sentía algo débil, tenia prisa. Sin embargo me intrigo sentir la presencia de Takia, estaba cerca de la casa, eso era un alivio, almenos habia logrado zafarse de aquellos sujetos. Sali por la ventana para ir a ver a Takia, por extraño que fuera, me importaba mas saber como estaba que tratar de seguir a Yua.