Visitando el templo...

*Despues de un largo camino decidi ir al templo. Kuro no estaba en casa y aun faltaba un poco para su regreso, necesitaba un momento de tranquilidad. A decir verdad, siempre me habia gustado este sitio, se podia respirar una paz enorme desde algunos metros antes de entrar, incluso la estructura ayudaba a dar ese entorno. No solia haber demaciada gente por aqui, con una sociedad tan corrompida era dificil que alguien apreciara lugares asi, o almenos esa era la impresion que solian dar las personas. Entre un tanto cautelosa y me sente cerca del altar, admirando los murales que lo decoraban. Respire profundo, bajando la mirada concentrandome en mis pensamientos. No me sentia muy bien, las noticias que habia recibido en la ciudad no resultaban agradables, una ciudad que por alguna razon cayo en caos, causando la desgracia de tantas personas, era como una pesadilla, en momentos asi solia remorderme la conciencia; era mitad angel y a pesar de eso no hacia nada al respecto, siempre habia sido miedosa y un poco torpe y el futuro es algo que no puede saberse a ciencia cierta pero me gustaba creer que si estaba en el mundo y no en el cielo queria decir que debia de hacer algo, ayudar a las personas o hacer la clase de cosas que solia hacer un angel, el problema era ¿como saber lo que debe hacer un angel? Lo unico de lo que estaba segura era que protegian a los demas y procuraban la existencia del bien, pero el solo saber eso no es de gran ayuda teniendo problemas existenciales. Abri los ojos lentamente, ansiaba encontrar una respuesta, algo que me ayudara a sentirme mejor y en hacer sentir mejor a las personas que atravesaban momentos dificiles...me inque un momento, realmente no tenia sentido seguir buscando en la biblioteca respuestas que no hallaria, si una parte de mi provenia del cielo, lo mejor era pedir respuestas a el. Estuve orando, desde lo mas profundo de mi corazon, con la esperanza de utilizar mis poderes con un fin bueno, pero si queria hacerlo realmente necesitaba orientacion. Al cabo de varios minutos me levante y segui mi camino a la casa, pronto llegaria Kuro y la cena tenia que estar lista*

Estaba volando por los alrededores que habitan sido cubiertos con esas llamas amarillas. Por mas que me detenía a buscar no hallaba nada, ni a Yua, ni a la mascota, ni nada que sirviera como rastro. De nuevo comenzaba a asustarme la idea de que ella no fuera capaz de hacer algo, si estaba muerta seria mejor comenzar a buscar la forma de llegar al trono antes de desatar la guerra contra el cielo. No tenia idea de cuanto tiempo llevaba buscando, cuando comencé a sentir levemente la presencia de Yua, habia dos opciones. La primera era que el cetro o alguna cosa que le perteneciera hubiera caido en la persecución y estuviera por ahi y la otra y la que esperaba que fuera era que estaba viva, bastante debil pero viva. Me sonrei de una forma maliciosa mientras seguia aquella débil pista, pero...mientras sobrevolaba el templo me parecio ver algo conocido en el techo del mismo. Frunci el ceño y baje para investigar que era aquella cosa que relucía pobremente en medio de la oscura noche. Una vez en el techo camine hasta donde estaba. Era una katana y unos centimetros mas a la izquierda, amenazando con caer el suelo estaba otra. Sorprendido tome una de ellas y la mire detenidamente, estaban llenas de sangre. No tenia duda, eran de la mascota de Yua, podria reconocerlas facilmente. Trague un poco de saliva intentando entender lo que habia sucedido como para que ambas estuvieran llenas de sangre que si no me equivocaba era de el mismo, desprendia ese hedor insoportable. Estaba tan anonadado por la posibilidad de que este estuviera muerto que inevitablemente solte la katana, la cual se resbalo habia el otro extremo del techo de igual forma, amenazando con caerse al suelo. Pasaron algunos segundos mientras asimilaba esa idea, realmente tenia suerte, sin el arcangel, Yua estaria a mi disposición ante una amenaza tan grande, no habria ningun obstáculo y dentro de poco tendria la corona, era perfecto. Poco a poco comenzo a dibujarse una sonrisa en mis labios que termino estallando en una estruendosa carcajada, por fin todo estaba saliendo como lo queria. Segui riendo un poco mas fuerte, casi como lo haria un demente. Por fin deje de reir al tiempo que comenzaba a agudizarse la presencia de Yua, seguramente no tenia ni idea de que semejantes cosas estaban en el templo. Aguante un poco la risa mientras tomaba ambas armas, viendolas bien no eran nada malas, almenos una de ellas seguia en buen estado, la otra, la que estaba bañada en sangre tenia la hoja quebrada. El pensar que estaba tocando algo de aquel tipo me revolvió el estomago por un instante, pero no podia dejarlas aqui. No ahora que sabia que Yua estaba viva y debil en casa. Solte una risita mientras volvia a retomar el vuelo, definitivamente tenia mucha suerte.