*Me di cuenta de que no me había presentado hasta que entre a mi habitación. Y pronto olvide ese detalle al ver la pequeña cama en medio de dos ventanas con cortinas sencillas, blancas. Trague algo de saliva nerviosa al seguir recorriendo con la mirada. Todo era idéntico a ese entonces. La lámpara de piso junto a un sillón a un lado de un librero, repleto de libros de psicología. El baño al lado izquierdo, apenas perceptible, ya que un ropero evitaba que fuera visible a simple vista. Los muebles en color caoba y lo único rosa, era el edredón de la cama. Me di media vuelta enseguida.*
_Imposible…imposible…¿Cómo es posible que…que todo sea idéntico a aquel entonces?_ *Respire profundo y me obligue a tranquilizarme, al tiempo que daba media vuelta. Esos recuerdos no eran nada. Nada. Había intentado lo imposible por alterar esos recuerdos pero…mis habilidades no eran tan grandes. Me di una ducha y espere impaciente a que transcurriera la hora. Y una vez que transcurrió. Me apresure a salir de la habitación. Me preguntaba si había sido buena idea el pedir la habitación 16.*