Sucursal del sur de Varia (Agrigento, Italia).

*Ver a Kuro en un estado tan deplorable me sorprendio bastante y tambien me dolio. Quizas habria que llevarlo al hospital o con el doctor ese en cuanto nos largaramos de aqui. El estar tan cerca de morir, me habia hecho pensar que quizas, si solo quizas, pudiera estar cerca de el, como amigos, entonces no seria tan malo. Siempre habia deseado una vida, pero me negaba a tener una realmente y Kuro siempre me hacia sentir real. Al verlo asercarse a mi, pense en besarlo, aunque quizas seria mejor decir antes antes de hacerlo.*

Spoiler:

*No entendía porque me habia paralizado hasta que lo desaparecer. Ese no era Kuro, era una de sus copias. Si Kuro no habia salido de nosotros con Varia, entonces...¿entonces seguia ahi dentro? Intente moverme, pero no pude. Necesitaba ayudarlo, necesitaba sacarlo de ahi antes de que el sistema de autodestruccion...Eso fue lo ultimo que pense antes de ver ese enorme rayo y sentir la potencia del mismo bajo mis pies. Esto no era bueno, nada bueno. ¿Por que rayos me habia paralizado? Por mas que intentaba no lograba moverme. Por mas que lo deseara. Intente decirle a Ryo que me soltara, que fuera con Kuro, que necesitaba ayuda, pero no pude hacerlo. Solo podia mirar como la ciudad era consumida por ese devastador ataque y con ella, al hombre que amaba. En cuanto Ryo me quito ese hechizo, lo ignore completamente, quizas...quizas aun habia tiempo. Eso queria creer hasta que vi lo que habia quedado de Agriento. Mire estupefacta la escena y entonces senti como un frio sepulcral me recorria.*
_Ku...Kuro...no...imposible_ *Dije mientras comenzaban a bajar varias lagrimas por mis mejillas. Sin pensarlo me apresure a ir a buscarlo. Quizas seguia vivo. Quizas aun podia ayudarlo, pero...Yua me detuvo. Intente forcejear con ella, desesperada. No podia...¡no queria creerlo! Finalmente, me detuve. Tenia razon. No importaba cuanto pataleara, no podria ayudar a Kuro. Era fuerte, bastante, pero sobrevivir a eso era...imposible. Esas palabras resonaron con fuerza en cabeza, mientras la imagen de su copia entregandome los anillos y todo lo que habia sucedido, daba vueltas en mi cabeza. Mi llanto se hizo mas fuerte, como el de una niña o quizas peor. No era justo, no era justo que el hubiera temrinado asi por algo que no le concernia en absoluto. Me sentia tan impotente, tan tonta. Si tan solo me hubiera dejado hablar, si tan solo hubiera hablado antes...yo...nosostros... Al sentir el abrazo de Yua, supe que a ella tambien le dolia. No tanto como a mi pero...le dolia. Aun asi, escucharle susurrar eso me molesto un poco. Me separe levemente de ella, con el rostro empapado y entonces la mire molesta.*
_Te equivocas. Yo tambien lo amaba...yo...yo tambien lo...amaba..._ *Dije antes de taparme el rostro con las manos para romper nuevamente en llanto* _...y eso...¡eso ahora no importa!_ *Me di media vuelta y entonces mire la ciudad hehca pedazos* _No es justo...¡no es justo! El no tenia que morir, ¡no tenia que...morir!_ *Comence a llorar de nuevo y entonces, finalmente mire a Ryo, quien abrazaba a su hijo, tratando de evitar que su dolor traspasara su cuerpo y entonces al igual que nosotras derramara lagrimas.*
_Su alma...su alma...¿puedes sentirla?_ *El me miro con tristeza y entonces me volvi a Yua*
_¡¿Puedes sentirla?!_ *Ella cabeceo lentamente en forma negativa. Entonces senti un vacio aun peor. Dolia, dolia bastante, mas que cuando habia visto a Jung desmembrado en Mexico. Realmente lo amaba, bastante y estupidamente me habia negado a disfrutar de ese amor con el.*
_Matame_ *Le dije a Yua con la cabeza baja, la cual se exalto un poco* _Ahora que esta muerto, su alma seguramente fue al cielo. Si tu me matas y Ryo me envia al purgatorio entonces...entonces yo estare con el_ *Mire con los ojos llorosos a Yua y entonces forme la espada de hielo en mi mano.*
_Por favor Yua...me lo debes..._ *Le extendi la espada mientras mas lagrimas bajaban de forma estrepitosa por mis mejillas. Ya no me importaba Mina, ni nada. Solamente junto a Kuro lograba sentir que era parte de algo, que tenia una razon ademas de matar para vivir. Si no tenia esa razon, entonces no queria seguir viviendo. No tenia caso.*
_¡MATAME!_ *Grite desesperada, necesitaba alcanzarlo. Yua tomo la espada pero la dejo caer al suelo y entonces volvio a abrazarme. Yo no podia dejar de llorar, de gritar, de sentir como el dolor me carcomia a cada segundo que pasaba. Era el fin...de mi y de Mina...*

En los limites de Agrigento, en lo alto de un edificio, se vio como aterrizo alguien que se escuchaba jadeante:
-Ni… nii-san… -dijo susurrante una chica de cabello rojo como el fuego, después intento volver a levantar el vuelo, pero una mano con vendas se poso en su hombro.
-No, llegamos tarde… lo lamento Alied –dijo con una voz quebrada y es que ese tipo era el mismo Milo, solo que a este se le veía su ojo derecho solamente.
-No, no es muy tarde aun, el… el no moriría tan fácilmente… -dijo e intento zafarse, pero el la contuvo nuevamente.
-El Martillo del Alba probablemente lo borro de la faz de la tierra junto a Xanxus y su espiritu no podrá ser recuperado de ninguna manera –dijo al forcejear con ella Milo.
-¡No! ¡no puede ser que el hiciera eso! ¡no de nuevo! –dijo ella gritando y con lagrimas en los ojos, para después hincarse y cubrirse la cara.
-Es todo como te lo dije Megumi… -el le señalo con el índice a lo lejos y se podía a ver a Yua, Ryo y Takia-… esas personas solamente lo utilizaron para sus propios propósitos y cuando consiguieron su objetivo, simplemente huyeron como las ratas que son, dejando a tu hermano a su suerte, en especial esas dos mujeres, de las que me parece conoces muy bien a una de ellas.
Megumi miro con mas detenimiento a donde señalo el vendado y se limpio las lagrimas para ver mejor y se quedo sorprendida.
-Yua… Yua Shirakawa… -dijo absorta-… no puede ser.
-Entre ella y la otra chica, se encargaron de engañar a tu hermano para que diera la vida por una causa en especial –dijo el.
-¿Cuál causa? –pregunto Megumi.
-Ese hombre ¿lo recuerdas?... –dijo el y ella cabeceo afirmativamente llamando por su nombre completo a Ryo, una vez esto, el vendado prosiguio-… pues resulta que ese hombre tenia un hijo y la persona que lo tenia, era el poderoso líder de la organización que el dia de hoy asaltaron, pero lo que tal vez no sepas y es probable que tu hermano tampoco, es que ambas… son sus amantes –respondio Milo complementando.
-E… eso… es imposible, Yua no… -decia Megumi, pero fue interrumpida.
-¿Yua no compartiría un hombre?... –dijo el vendado con ironia-… ¿acaso no recuerdas que fue ella la que fue llorando al regazo de tu hermano pidiéndole su ayuda para que no la enviaran al cielo?
-Si, lo recuerdo muy bien, lo recordé en el momento en que me devolviste mis recuerdos Milo –dijo ella respondiendo a la pregunta de Milo.
-Si, tu hermano siempre fue muy ingenuo… -Megumi lo miro molesto, pero aun asi continuo-… tu sabes que es asi, pero esto es debido a que desde pequeño, solo fue utilizado como una maquina de muerte y destrucción, por lo que cuando conocio mas el mundo exterior, pues fue como si fuera un niño en ese aspecto y Yua que siempre a sido una especialista en engañar a todos, se aprovecho de su inexperiencia llevandolo a cometer esa locura y mandándolo al cielo convenientemente en su lugar y ¿para que?... –justo en ese momento se vio comoellos se retiraban de ahi-… ¿para que se fuera con un maldito arcángel?... y ademas, ni siquiera hacen el intento por ver que paso alla -dijo el complementándolo con un tono de ironia y molestia.
-Los matare a todos… -dijo Megumi poniéndose de pie-… primero los hare sufrir tanto que querrán estar muertos, pero los dejare vivir lo suficiente, para que vean poco a poco como desaparecen las personas que estiman… asi como yo lo he hecho en un par de ocasiones… -dijo para acercarse a la orilla de sus edificios.
-Si Megumi, lo cierto es que te has vuelto mas fuerte, pero aun asi tengo un plan que los dejara sin salida y al mismo tiempo podras vengarte de todas las personas que tu desees -dijo por ultimo Milo sonriente mientras soltaba su hombro, Megumi al mismo tiempo sonrio un poco forzada y miro el horizonte, al mismo tiempo que sus ojos se volvian purpuras y se veía en cada uno, tres marcas de llamas.
-Esta bien, pero te aseguro que si eso no funciona, yo tomare cartas en el asunto, después de todo, mi hermano no es el único que puede usar el poder de Amaterasu y además, con “Jinouga” a la ofensiva conmigo, no hay forma de que pueda perder –dijo por ultimo Megumi justo al momento que una nube muy obscura los cubrio, dejando ver un esqueleto al igual que el de Kuro pero de color morado, que portaba una gran espada en lugar de un escudo en su mano. Pronto un par de personas vendadas exceptuando su ojo izquierdo llegaron con ellos, Milo movio la cabeza y se fueron hacia los restos de la ciudad.
Despues, antes de que dirigieran la mirada Yua, Ryo o Takia a ese lugar, ellos desaparecieron cuando una rápida llamarada de llamas negras los envolvió.